Pues sí, toda vez que siempre que hay chistes o refranes sobre algo, es que algo hay. Que existen -queremos decir-, diga lo que diga el Vaticano o el Ministerio del Interior. O el pertinente (o impertinente) Consejero autonómico del ramo. Así pues, ahí van un par de botones de muestra: un legendario chiste con el drama de la tortura de fondo y un dicho... acerca de la conveniencia de no dar nunca las cosas por evidentes: más si, en algún momento, ha habido curas de por medio. A ver si, con estas últimas aportaciones, conseguimos cerrar página y cambiar de tema: no creáis, nosotros somos los primeros que, cual cura en el infierno, ardemos en deseos de hacerlo...
Los carabinieris, los gendarmes y la Guardia Civil tienen que adentrarse en un bosque y salir con un conejo. Cuenta el tiempo invertido y el peso del animal. Italianos y franceses consiguen una pieza lustrosa en pocos minutos. La Guardia Civil no aparece hasta el día siguiente. Se presentan jaleando a un elefante que avanza torpe hasta el jurado, con una herida en el lomo, una oreja partida y un colmillo menos.
-“Hombre, esto no vale, es un elefante”.
-“¿Un elefante? Pregúntale a ver”, responde un agente al jurado.
-“¿Tú que eres?”.
El elefante responde nervioso: “Soy un conejo, soy un conejo, pero no pegarme más”.
* * *
"Nunca digas de este agua no beberé, esta polla no me cabe ni este cura no es mi padre"
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