Pues sí, por increible que parezca: al igual que ha sucedido desde siempre, la culpa, en el tercer milenio de la ERA CRISTIANA, no es de los practicantes de ambas aberraciones, PEDERASTIA Y TORTURA, sino ¡de quienes denuncian el proceder de aquellos! ¡De la parte denunciante, culpable por sistema de calumnias hacia los denunciados... por supuestos despechos y animadversiones hacia ellos! ¡De los medios de información que osan levantar la voz, no limitándose a oír, ver y callar! La culpa, en casios como éstos, siempre es de la prensa, por lo que se recurre una y otra vez a la vieja táctica de criminalizar y matar al mensajero.
Estamos hartos de tratar de actualizar cada día los enlaces de nuestra entrada sobre los curas pederastas y los policías torturadores: es que no hay día que no salgan nuevas afrentas, nuevas noticias, sobre todo en lo concerniente al proceder de tantísimos ensotanados: nuevas pruebas de las ignominias cometidas. Estamos hartos de que las víctimas, a estas alturas, tengan que seguir siendo las que demuestren decir la verdad, mientras que nadie cuestiona el proceder de los verdugos. De que la presunción de inocencia siga siendo para aquellos, y para éstas, la de culpabilidad... por sistema, se demuestre o no lo contrario.
HARTOS, ESTAMOS HARTOS. QUÉ HARTAZGO!!
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