LOS GOBIERNOS VASCO, ESPAÑOL Y EUROPEOS NO ESTÁN EN TREGUA: INFORMACIÓN Y AGITACIÓN, TAMPOCO. CONTRA LOS RECORTES NO TE CORTES, KAÑA!!



30.4.13

ANTE EL 1 DE MAYO, ¿PARA CUÁNDO EL ‘DÍA DEL DESEMPLEO’?



Habiendo sido holgadamente rebasada la escandalosa cifra de los seis millones de parados, ante la inminente celebración el próximo 1 de mayo del denominado ‘Día del trabajo’ o ‘del trabajador’; viendo lo calva que viene pintada la ocasión, no podemos dejar de pensar lo siguiente: a la vista de las actuales circunstancias, ¿para cuándo la conmemoración de un día cuya celebración se debería estar pidiendo a gritos? ¿Para cuándo, la del ‘Día del desempleo’? Frente a la del Día del obrero, especie, en cualquiera de sus vertientes, claramente en extinción, ¿para cuándo la del día del parado… o “sobrero”, dicho en ese argot taurino que tanto gusta en el Estado? Porque eso es lo que somos actualmente la mayoría de la población, “sobreros”. Ninguneados del mercado laboral (y de los mercados financieros) sentenciados a vivir de las sobras del sistema, en vez de un sobre. De un sueldo dignamente ganado, no demos lugar a confusiones. Condenados a sobrevivir de malas maneras de lo que a otros sobre, sumisión a su caridad mediante. Así pues, ante las inminentes y ombligistas celebraciones que se nos avecinan con los silenciados dramas de tantos desempleados de fondo, no nos queda otra que hacer el siguiente planteamiento: que, al igual que el 22 de diciembre para los no afortunados por el sorteo  de Navidad,  o el 15 de febrero, para los infortunados en el amor, es el ‘Día de la salud’, que el 1 de mayo, o en su defecto, el 2, en honor de los desafortunados en lo que a tener trabajo respecta, sea considerado ‘Día del parado’ o ‘del Desempleo’. Seguro que tiene éxito la iniciativa, pensada en reivindicativo homenaje a tantos pobrecitos obreros en otros tiempos: “sobreros” en los actuales, sin trabajo ni dinero.



Pobrecico, del "sOBRERO"...

19.4.13

POLÍTICOS, ELECCIONES FORÁNEAS Y REFERÉNDUMS PATRIOS


Demagogos y populistas hasta decir basta, los políticos españoles no pierden ocasión para hacer continuos brindis al sol a la hora de pontificar sobre cualquier asunto, sea o no de su incumbencia. Sepan o no de lo que hablan, dando una y mil puntadas sin hilo desde que abren sus bocas, opinando en ocasiones sin el más mínimo rigor. Cayendo en contradicciones de muy fácil detección, a nada que se siga un poco su verborrea. En resumen, echando por sistema balones fuera a la hora de tratar asuntos internos del país o tratando de meter goles desde su área en campos ajenos, para acabar metiéndoselos casi siempre en propia puerta. Y como muestra, un botón: así las cosas, frente a reivindicaciones de tanta actualidad en el Estado español como la del derecho a decidir (o, al menos, ante la reivindicación de poder convocar referéndums sobre dicho tema), comprobamos con asombro cómo no dudan en responder sistemáticamente lo siguiente, que las actuales prioridades de los ciudadanos son otras, relacionadas, claro está, con la salida de la ‘crisis’; pero en los últimos días, marcados por las elecciones venezolanas, parece que el centro de sus discursos se ha desplazado, olvidándose por arte de birlibirloque de su presunta máxima preocupación, tratar de solucionar los problemas reales de los ciudadanos (según ellos), y dedicándose dicha casta a verter aquí y allá sus concienzudas opiniones sobre los resultados del proceso electoral de Venezuela; inmiscuyéndose en dicho tema como si les fuese la vida en ello; mostrándose, por ejemplo, el PP, “muy preocupado por la limpieza del proceso”; ¡como si de los Pirineos para dentro ya no habría tajos en que ocuparse! Como diría Unamuno, que país, qué paisaje y qué paisaje.