Pues sí, traspuestos nos ha dejado ¿la noticia? No, el modo de hacerla pública. La expresión utilizada para ello, Yolanda Barcina pone fin a su matrimonio. La aséptica e higienizada expresión, totalmente lejana de connotaciones pecaminosas como las contenidas por los verbos "separarse" o "divorciarse": lo que, al igual que tantísimas personas abocadas a ello, ha hecho o va a hacer ella, en realidad. Como la infanta Elena tras lo del "cese temporal de la convivencia". Vivir para ver.
Y es que si hay algo que nos molesta no es que se separe, se divorcie u opte por vivir en pecado separada, divorciada o arrejuntá. Ni si se saca ella sola las castañas del fuego, se las meten o se las sacan. Nos la refanfinfla todo ello. Lo que nos hace gracia (al tiempo que nos saca de nuestras casillas) es ver cómo juegan con el lenguaje estos sepulcros blanqueados, que diría el Evangelio. Sepulcros blanqueados como ella, los de su clase y sus medios afines. Qué juegos malabares hacen con el lenguaje... y, verdaderamente, con quienes les siguen -en verdad-. Cómo tratan de engañar al pueblo llano. Así las cosas, una vez más comprobamos el calibre de las diferentes varas de medir, cómo para los pobres, según repiten los curas un día sí y otro también, sigue siendo pecado divorciarse, pero no para los ricos, pudiendo llegar éstos, una vez rota la relación, incluso a apelar al Tribunal de la Rota, para que el hombre pueda romper definitivamente lo que un día unió Dios. Hipócritas. Farsantes. ¿Qué dirán los amigos de Yolanda, los del Opus Dei al respecto? ¿Qué, los obispos, el obispo jefe del cartel de los obispos? Al igual que cuando eximieron de toda culpa a S.M. el Rey por tener que firmar la ley del Aborto, ¿dirán que lo de Yolanda también es una excepción? ¡Señor, señor!
Bueno, y además de a su situación matrimonial, parece que nuestra primera dama municipal se dispone a decir también de paso adiós a parte de su situación patrimonial; vean en el siguiente vídeo a su hasta ahora compañero, ese tal Putxo, intentando vender una de sus propiedades en un programa de Antena 3:
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