BARRICADA, LLEGAN LOS CUERVOS... SI ES QUE ALGUNA VEZ SE FUERON.
A pesar de que, cosa de los vídeos que hemos venido subiendo, algunos piensen que sólo nos gusta La Polla Records (bueno, y The Kagas, The Meas y Gatillazo, grupos comandados los cuatro por el gran Evaristo) no, también nos gustan otros; aunque tampoco muchos más, dados a pensar como somos que los grupos musicales verdaderos de cada cual son los que ponen o han puesto la banda sonora a su vida, y éstos, como los amigos verdaderos, pueden ser contados con los dedos de una mano. Así pues, dicho esto, diremos que dentro de ese selectísimo número de bandas, aun a una distancia prudencial, podrían encontrarse los Barricada: sobre todo tras la publicación del disco “La tierra está sorda”, trabajo del que nos fascinaron varias descargas. “Descargas”… entendiendo dicha voz como sinónimo de “noqueantes trabucazos” –si se quiere-, para nada relacionada con las descargas de Internet. Detonaciones como Sotanas, Pétalos o, principalmente, Llegan Los Cuervos, demoledora canción con el siempre inquietante tema de las listas negras y las “sacas” de fondo: apócope eso de “sacas”, por si alguno no lo sabe, de “sacas de presos”, denominación utilizada para definir determinadas situaciones de terror con sistemático resultado de muerte ocurridas en las cárceles del estado español durante la carnicería de 1936. El procedimiento consistía en sacar a los presos, con nocturnidad, premeditación, alevosía e indisimulable afán de revancha y venganza, para asesinarlos sin posibilidad alguna de defensa. Pues bien, tantos años después, en el contexto de la sempiterna confrontación Euskal Herria/Estado (incluso para quienes siguen la cuestión desde la barrera, es indudable que existe dicha guerra), nosotros, los integrantes de Información y Agitación, somos conscientes de que uno de los bandos, el actualmente portador de las esencias de la España Una, Grande y Libre (denominadas ahora las mismas “las de la joven democracia española”), no está dudando nada a la hora de recurrir nuevamente a las denominadas “sacas” con el fin de lograr sus objetivos: ¿la paz? No, aplastar a su actual enemigo, el pueblo vasco: más allá que la Eta –únicamente-, todo que tenga que ver con lo vasco. Usar la aplicación de continuas razzias o “sacas” para tratar de diezmar a dicho “enemigo”, además de otras tácticas igual de maquiavélicas y siniestras: obligar a pagar abusivas fianzas a los familiares de los “sacados” a cambio de su libertad (una libertad, dicho sea de paso, pagada a precio de oro y totalmente condicionada), el injustificable abuso de la prisión preventiva, las desorbitadas condenas/chantaje o la deslocalización de los presos por las prisiones del Estado. La dispersión de los prisioneros. Y es que, respecto a esto último, ningún penado, que sepamos, es condenado por sentencia a cumplir pena lejos de su tierra, y mucho menos sus familiares o amigos, a recorrer miles de kilómetros para visitarlos. Así pues, vemos que todo vale contra todo lo relacionado con lo vasco, la nueva amenaza en los actuales tiempos, una vez cautivo, desarmado, desmantelado y suicidado el comunismo; y es que, al parecer, siempre conviene tener un enemigo en casa. Hagan lo que hagan, quieran hacer lo que quieran hacer, todo vale contra los demonizados vascos: en nombre del estado de derecho, de la “seguridad” y de la ley ahora, como antes en el nombre de Dios, la patria, el rey... O del Caudillo –en su defecto-, así proclamado a sí mismo, qué gracioso, por la gracia de Dios. Ah, y claro está, convenientemente adaptado dicho proceder, las “sacas”, a las democráticas formas del siglo XXI. Llevadas a cabo las mismas de forma totalmente aséptica, sutil y sibilina, toda vez que en nuestros días no se puede matar físicamente (estaría mal visto en la “Europa de las libertades”), aunque, por lo visto, sí picológicamente: perdón, “psicológicamente”, que se nos ha olvidado la “s”; en qué estaríamos pensando. Así pues, de noche igualmente, vemos cómo se sigue allanado el descanso de los llamados a ser “sacados” sin ningún tipo de garantía de sus lechos: de sus casas, donde, a la espera de la “saca”, muchos cumplen condena… sabiéndose condenados de antemano. Tras haberlo sido previamente a las catacumbas de la clandestinidad, a un 4º grado -a nuestro juicio (esto es, a la libertad controlada en que vivimos)-, condenados a la espera de la regresión del mismo…A su triste y predecible final.
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