PAMPLONESES, PAMPLONESAS, VIVAN LAS CAENAS! ¡¡GORA!!
Navarra tiene cadenas –por adentro y por afuera- y Ramplona, aunque no todo el mundo lo sepa, chupinera; más o menos encubierta si se quiere (para no parecerse a Bilbao) pero lo dicho: la inigualable P. L., encargada desde 2005 de saludar la llegada de las fiestas si no oficialmente, sí casi desde el escenario de su tolerado y bendecido por las autoridades civiles Ramplona en Concierto: casi ná el nombrecito, como si la emisora en la que la inigualable ejerce su profesión, perteneciente al emporio de Radio Ramplona, representara en exclusiva a la ciudad. Así pues, por ello aquí, en INFORMACIÓN & AGITACIÓN, el año pasado llegamos a la conclusión de que ella, tire el cohete quien lo tire el día 6, es la chupinera de facto de las fiestas.
Así pues, hoy, sábado tendremos ocasión de sufrir nuevamente a la Belelesteban de la radio local a partir de las 22.30, antes de la actuación estelar de este año, a cargo nada más y nada menos que de El Pescao: referencial nadador en los previsibles mares del pop llamado a desaguar su poprock aséptico en el epicentro neurálgico de la fiesta, cuatro días antes de la explosión propiamente dicha: ideal de la muerte dicho poprock para vidas asépticas como las que nos tratan de imponer y que. tal vez en ciudades asépticas, todavía más asépticas que Ramplona, triunfe, pero aquí…. Lo tiene claro el citado, esqueje de otros que tal, El Canto del Loco, que, en suma, como los diferentes artistas llamados a filas por P.L. en años anteriores, tratará de meternos por el culo su particular concepción musicada del pepino almeriense: comestible, por cierto, no reivindicado por Bisbal en su reciente concierto en el Cortijo Foral, según no leímos en el Diario con mayúsculas. El Pescao y la radiofórmula, empleados de un mismo circo. Compañeros de pista y triquiñuelas de un mismo concepto de espectáculo de masas. En fin, ¡Lástima que en Iruña, en lo que a gustos musicales se refiere, ya esté vendido el pescao desde hace décadas. Una pena que por aquí seamos más de carne que de Pescao.
Y todo ello, claro está, con el beneplácito municipal, no dudando los poderes municipeles en pagar los servicios prestados por Radio Ramplona dejándole a tan fiel servidora la Plaza del Castillo. Y las peñas, en su día, al destierro de San Francisco por obra y gracia de la tía. Y con el limitador de volumen presente, para interferir en sus actividades: ausente el mismo, como siempre, de la no gratuitamente a otros cedida Plaza del Castillo. Si caéis por allí, salud para aguantarla un año más…
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