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25.9.09

JOSÉ LUIS BANDERAS, ESE HOMBRE

José Luis Banderas no es hermano de Antonio. Nada que ver con el malagueño, con Antonio Banderas, aunque éste, nuestro hombre, también sea un poco actor. José Luis Banderas es concejal de Villava por el partido de la madrileña calle Ferraz, donde nació, según cuenta, y más que actor, es un consumado figurante. Todo un abanderado de sí mismo bajo la excusa de la causa de que se trate: la lucha contra el mobbing, la protesta contra la censura sufrida por S.A., la conmemoración de cualquier aniversario de Barricada o celebración en su honor de cualquier tipo de reconocimiento u homenaje… Sea lo que fuere, esté de por medio lo que esté, allá está siempre nuestro Banderas, en primera línea de ¿fuego? No. Actuando de acuerdo con el papel por él elegido en esa ocasión; de pirómano en el monte o de bombero en el retén. De novio en la boda o de muerto en el entierro. El caso es estar ahí, siempre en primera línea… de foto, curiosa y preferentemente. Sí, aunque a decir verdad, al igual que de actor, de fotogénico también tenga poco. Pero bueno, a quién le importa el detalle. Además, como en otros órdenes de la vida, a fuerza de insistir el hábito acaba haciendo al monje. Pero eso es lo de menos, en este caso.
Y ello, ese incesante protagonismo, ese copar de facto los papeles por su parte, a pesar incluso de que se diga que el que se mueve no sale en la foto. A pesar de que José Luis, estandarte donde los haya de cualquier tipo de causa perdida o bien hallada, no pare quieto ni un segundo. Y es que, como dice su loado Sabina en La del pirata cojo (“En San Mamés del Athletic, del Madrid en Chanmartín…”, que asimismo podría cantar) José Luis parece encontrar acomodo en cualquier sarao, logrando finalmente siempre que, cual la Tierra alrededor del sol, lo que en dicho escenario se fragüe gire a su alrededor. En torno suyo en última instancia, resultando siempre él finalmente el inequívoco centro de atención. Así las cosas, a nadie le extraña a estas alturas topárselo siempre en ¿el ojo del huracán? En el objetivo del fotógrafo. Y es que, por hache, o por be, al igual que la chochona de la tómbola, que, según el charlatán de la Feria, siempre toca, José Luis, en los papeles, siempre sale.
Bueno, por H, por B… o incluso por ANV. Por causa de la ikurriña que sus concejales están desplegando en su bancada a la vista de la persecución que padece por la mal llamada Ley de Símbolos, creada ex profeso para tratar de torpedear su presencia en localidades como Villava, patria adoptiva de nuestro abanderado prohombre. De un Banderas que, tal vez ofendido por la reivindicación de la roja verde y blanca, trata de contrarrestar y diluir su presencia exhibiendo en su escaño banderas de distinto cuño, ya de otras comunidades autónomas (qué burla, qué falta de respeto para los villaveses y villavesas que décadas atrás, en referéndum, lograron el reconocimiento de la bicrucífera) ya, en el colmo de los despropósitos, de grupos musicales. De bandas foráneas que, de conocer su proceder, a saber qué opinarían del mismo, por otra parte. Bueno, y llegados a este punto, hechas las presentes reflexiones, vayamos terminando; eso sí, a la vista de que la intención de José Luis es continuar jugando a transformar el salón de plenos del Ayuntamiento de Villava en el patio de banderas de la ONU, no sin antes hacerle unas sugerencias: por ejemplo, siendo tan melómano como es, ¿por qué no alternar más banderas en los plenos? ¿Por qué poner las de Iron Maiden o Kiss solamente? ¿Por qué no colocar de vez en cuando algunas de amiguísimos suyos como Quique González? Siendo como es confeso y acérrimo seguidor de la escena local, ¿Por qué no una de sus admirados Barricada o sus reivindicados Sociedad? ¿De Barua, tal vez? Y si no hay, se hace, faltaría más; ¿aumentaría su notoriedad? ¿La sensación de ridículo, quizás? ¿Más, todavía? En fin. En cualquier caso, una idea de bandera, se la cedo…

Para acabar, leo con estupor los lamentos del concejal porque la Policía Municipal de Villava, en el fragor de una sesión plenaria, le ha roto su enseña de los Maiden. ¡Ay, qué pena me da! Como cuando murió el canario al que cantaban los de No me pises que llevo chanclas. Mi más profunda solidaridad… para con la bandera.

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